Aquí tampoco había lugar para nosotros
Por Bertha Martinez
Hace semanas que he estado viendo las noticias de lo que está pasando en Siria, viendo una y otra vez esa cruda y triste imagen de ese pobre bebe que perdió la vida ahogado, que en su escasa edad él y su familia buscaban ponerse a salvo de la guerra en su país.
Cierro mis ojos y vienen recuerdos que de alguna manera mi historia y la de ellos es similar, a lo que los padres de este pequeño querían para él.
Recuerdo mi travesía por el monte junto a mis 2 pequeños hijos. Caminamos por largo tiempo, buscando una mejor vida, huyendo de la violencia, miseria y hambre. Caminamos mucho, no recuerdo cuantas horas, pero admito que teníamos mucho miedo. Veía a mis hijos muy cansados, con sed y hambre solo parábamos por muy pocos minutos.
Recuerdo con mucha tristeza ver a uno de mis hijos que ya no podía caminar.
Era muy duro para mi exponer de esa manera a mis hijos a esta travesía, pero la realidad era que si no lo hacíamos tal vez no habría un mañana para nosotros.
Íbamos con miedo de que nos salieran las serpientes y alacranes que nos habían dicho que podría haber en el monte que íbamos a cruzar. Todo el camino iba rezándole a Dios y le pedía que no nos desamparara, que nos diera mucha fuerza para poder llegar a nuestro destino.
Tuvimos que intentar cruzar el monte 3 veces para poder lograrlo. Mis hijos y yo lloramos mucho por que en verdad fue muy duro y difícil.
Al llegar aquí a este país, le dimos gracias a Dios por que a pesar de lo difícil que fue lo habíamos logrado. Pero no sabíamos que nos íbamos a enfrentar con el monstruo de no ser bienvenidos a este país. Tristemente nos dimos cuenta que aquí tampoco había lugar para nosotros, así como la gente de Siria están enfrentando en Europa.
Nos dimos cuenta que de donde veníamos huyendo teníamos que lidiar con la pobreza, hambre, y violencia, y al llegar aquí tendríamos que luchar con el rechazo de no ser bienvenidos, la discriminación, y el abuso hacia nosotros. Lo mas irónico es que solo por el simple hecho de no contar con una residencia o seguro social, de haber tenido que buscar un mejor lugar para nosotros, mi familia y yo tenemos 14 anos viviendo en este país y no hemos sentido descanso de tanto luchar.
Todos los días hay algo nuevo por que luchar pero siempre con la convicción que para nosotros ya no hay ninguna otra opción que levantarnos a pelear y ser escuchados y con la esperanza de que algun día habrá un buen mañana para nosotros y todos los refugiados y migrantes del mundo. No bajaremos los brazos hasta que eso suceda.
Bertha Martinez es miembro de Puente Arizona. Se unió a la organización cuando fue detenida después de una redada de trabajo y ahora está activa luchando contra todas las deportaciones con su dos hijos y su esposo.
Comments
No comment yet.